viernes, 24 de febrero de 2012

RAZONES ME SOBRAN


-Tu- dijo el con la tipica voz ronca y casi muda de los fumadores frecuentes...
Ella ignoro por completo aquel instante en que el silencio habia sido ultrajado, saqueado y aniquilado.
Esta vez se acerco con paso mas firme, plantificandose cual fantasma imaginado decidido a penetrarle en los ojos sin previo aviso, ella dio paso a las pupilas brillantes del espectro aquel...
-Tu- volvio a repetir el mientras corria cabellos de la frente de quien lo contemplaba del mismo modo que un astronomo a sus estrellas muertas, ella conocia su geografia completa, cada lunar era un cometa.
El torso que llevaba por unico sosten un grito ahogado incapaz de fugarse tras labios sellados por algo de incredulidad y otro poco de orgullo masacrado en el pasado, se dejo convencer por un instante, respiro hondo, el frio matinal en medio de la plaza central de la grisacea ciudad dibujo ondulantes alientos entre cortados sobre el viento... al mismo tiempo que su lengua y sus cuerdas vocales escupian palabras casi sin pensar, luego de fruncir el ceño sin rabia, pero con dolor... se oyo salir de su boca: -Incansablemente. Incondicionalmente. Indiscutiblemente. Irracionalmente... imagine infinidades de encuentros, tomaria lo que quedase del pasado, del pasado del que huiste como cobarde destinado a orinarse sobre pantalones invisibles, y a llenarme la mirada de lagrimas envenenadas que yo beberia cegada, dominada, aturdida, abatida, creyendome de nuevo el cuento con final repetitivo que me cuentas cuando me necesitas, mi mente gritara: "El la necesita otra vez... y ella lo ama como siempre"
Los latidos de el dejaron de hacer huelga innecesaria, y la taquicardia se apodero de su cuello tenso, de sus dedos inquietos.
Ella lo observo llorar, era la primera vez que el instinto de supervivencia se apoderaba de su boca roja y de sus piernas que habian dejado de ser tan temblorosas. No pudo evitar reir como un niño girando en una enorme silla de oficina, ingenua todavia... gritando extasiada en silencio por haberse liberado de aquel amor eterno, manoseado tantas veces que se habia vuelto un sentimiento casi obsceno.
La dueña de los ojos aniñados volvio a dedicarle palabras al principe azul que ahora era gris, un simple recuerdo que no valia la pena guardar en sus memorias.
-Estas aqui- dijo mas para si misma que para el... - Pretendes abrirme heridas alli donde otras aun no han cicatrizado todavia?
El intento contestar, no queria permanecer callado, pero era absurdo buscar respuesta a una pregunta que el jamas se habia esperado...

En ese momento nadie hubiera creido que ella era la misma que cortaba flores de jardines ajenos pretendiendo que el amor de su vida se las habia dejado alli como regalo, nadie hubiera imaginado que la fragilidad de sus manos era capaz de soltarse de aquel puño, la marioneta corto los hiilos al titiritero.
Se despidio susurrando: -No necesito tu voz, tus besos, tu aliento o tus brazos alrededor de mi cuerpo.

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